One Tree Hill S09E07. Last Known Sorroundings

Pese a sus nueve temporadas en antena y su inminente final a la vuelta de la esquina, One Tree Hill continua siendo una de las series más vistas de la CW, y, viendo lo que nos están ofreciendo esta temporada, no es de extrañar. En el capítulo de esta semana, además, y para mejorar las cosas, no sólo nos han traído a Lucas Scott (Chad Michael Murray, Dawson's Creek) de vuelta a Tree Hill (de forma breve) sino que han sabido centrarse en lo que de verdad importa, sin por ello olvidar las tramas secundarias (menos la de Mouth gordo, que creo es innecesaria hasta decir basta).

Tara y su café no han sido siquiera mencionados (afortunadamente). Chase, tras su noche loca con Chris, recibe una llamada del ejército, que le reclama, pero no quiere irse sin dejar a Chuck en buenas manos. El problema llega cuando descubre que probablemente su padre le haya pegado. Mientras, Clay por fin se decide a hablar abiertamente con su terapeuta, llegando a confesar que casi se suicida tras la muerte de Sara. Brooke, por su parte, tiene que lidiar con Xavier, el hombre que le dio la paliza, secuestró a Sam y mató a Q, que puede salir de la cárcel, y, tras acceder a una reunión con él para intentar perdonarle, llega a la conclusión de que no ha cambiado y testifica en su contra, algo inservible ya que finalmente queda libre, y vemos cómo la vigila mientras cierra el Karen's Cafe. ¿Será capaz de volver a hacerle algo a Brooke? Por favor, dejadla en paz, que bastante ha sufrido ya, qué manía la tienen...

Y por fin llegamos al hilo central del capítulo, que ha convertido lo que parecía un relleno la mar de aburrido en uno de los capítulos más trepidantes de la serie (perdonadme Psycho-Derek y Nannie-Carrie): la desaparición de Nathan. Haley cada vez está más preocupada por el paradero de su marido y empieza a pensar que puede que no vuelva a casa. Para ayudarla y evitar que Jamie pueda llegar a darse cuenta de lo que puede llegar a pasar, Lucas vuelve a Tree Hill para llevarse a sus sobrinos y alejarles del drama que están viviendo. Vemos el emotivo reencuentro de Lucas y Haley tras varios años sin verse, la dura conversación que mantienen, volvemos a encontrarnos con los momentos, miradas, frases y motes cariñosos de aquella gran amistad que tanto tiempo hace no veíamos, y, sobre todo, nos conmovemos con Jamie cuando, tras despedirse de su madre intentando ser fuerte, se derrumba ante su tío Lucas. Pese a que el esperado retorno de Luke es bastante más soso y escueto de lo que esperaba (todo debido al hype del que os hemos hablado ya varias veces por aquí), me ha conmovido mucho el volver a verle en Tree Hill (aunque me lleve esos pelos, que son para matarle) y que se hiciera referencia a Peyton y la pequeña Sawyer. El volver a oír esa voz que tantos monólogos filosóficos nos ha soltado a lo largo de estos años es algo que, para acabar la serie, era más que necesario.

Mientras, no sabemos dónde, Nathan trata de escapar de Dimitri (destrozándose las muñecas), y casi lo consigue. Cuando todos estábamos sin aliento deseosos de que saliera corriendo y volviera junto a su familia, el policía que debería haberle ayudado y que tiene engañada a Haley, resulta ser uno de los malos, le engaña y consigue que le vuelvan a atrapar. Su precio ha sido acordado ya varias veces, pero, como bien le dicen, su final está cada vez más cerca. La escena a tachar de nuestra lista de Haley es ella yendo a reconocer a alguien a la morgue y llorando al verle. Por el bien de mi propia salud y sobre todo, la de mi querido Mark Schwahn, espero que a Nathan no le toques un pelo. Nosotros no sabemos dónde está, pero Dan parecer tener una pista con el vídeo que le envió a Jamie. Un símbolo tras él no le dice nada bueno, ¿irá tras los responsables? ¿Será él quien muera? Una semana más y saldremos de dudas. Menudo final de serie, señores...

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Momento sin precio:

Al decirle que deje de pegar a Nathan, el ruso vuelve a intentarlo, a lo que Dimitri le suelta esta perlita con la que nos hemos partido de la risa.